martes, 4 de diciembre de 2007

Fragmento XIV

"Un tanque M1A2 Abrams estaba discutiendo con su ametralladora calibre .50:

- No no --responde el tanque-- Te aseguro que el sonido que producís es más como tuc-tuc-tuc-tuc que lo que decís. A lo mejor no lo escuchás bien porque reverbera en vos, y entonces se siente otra cosa.

- Mirá, creo estar bastante seguro de que el sonido al disparar es chuk-chuk-chuk-chuk, pero claro, vos estás lleno de armadura reactiva por todos lados, y más de 24 pulgadas de materiales compuestos ¿cómo vas a escuchar bien? --y soltó una pequeña carcajada--

- Sabés que: creo que no me expliqué del todo. Cuando digo que es más como tuc-tuc-tuc-tuc quiero ofrecer una posibilidad a lo que propusiste. No sé si es así o no, pero definitivamente no es como vos creés.

- ¿A sí? --repuso incrédula la ametralladora--, ¿y por qué no?

- ¡Pues porque la che no existe!

- ¡¿Qué?!

- Que la che no existe. Te lo digo yo.

- Bueno --le dijo la ametralladora meditándolo--, sos licenciado en filología, así que alguna idea debés tener... A ver, contame.

- Bueno, te cuento. El sonido de la c y la h juntas no es más que una costrucción conveniente de nuestra lengua, un vínculo fonético especial que se sitúa, habiéndo adoptado una postura más convencional la Real Academia Española desde el '94, entre la CG y CI. De igual manera se hizo con la letra elle. Representan sonidos, si, propios de nuestra habla, pero en si mismas son una conjunción con un carácter distinto del resto de las que se realizan con otras letras, como es el caso de la la ce con la e y la i. Además, son alienígenas.

- 0_0'

- Si si, ¡alienígenas!, como los tipos con cabezas grandes y naves espaciales que nuestros abuelos siempre nos contaban invadían la Tierra cada dos por tres, allá por mitad del XX.

- Mmm, ya veo --ametralladora calibre .50 empieza a mirar para otro lado--

- ¿No me creés?, entonces escuchá con atención lo que voy a decir. Te voy a dar un ejemplo: quiero que imagines como se verían las palabras que voy a mencionar escritas. Acá va.

Y M1A2 Abrams empezó a recitar con vos pausada y aterciopelada:

Che
Charada
Cochambre
Melcocha
Cuchitril
Cucha
Cacho
Cancha
Coche
Chicha
Chocho
Chocha
Chasco
Chascarrillo
Chuavesito
Cholo
Moncholo
Choza
Chanza
Chasquido
Chasco
Chaco
Choque
Chechenia
Checheno
Chechena
Concha
Chacón
Chocarrero
Chirimbolo
Chuza
Chanta
Checo
Checa
Checá

- ¡¿VES?!, ¡¿VES?!

- Neeehh, ¡no te lo puedo creer!, ¡es totalmente volada!, ¡tenés razón!

- Te dije. No tiene sentido que tenga ese sonido. Nada que ver con como se ve. Según hablé con un amigo, el equipo AEGIS de un destructor clase Kongo japonés estuvo estudiando el asunto durante años (el loco me comentó que este tipo tiene un master en xenolinguística) y llegó a la conclusión de que se trata de golems, posiblemente de alguna de las lunas de Jupiter.

El cañon M256 calibre 120 que había estado escuchando todo en silencio hasta el momento entró en pánico:

- ...o no. Vamos a morir... ¡TODOS VAMOS A MORIR! --y comenzó a respirar con dificultad--

- No me preocuparía tanto --dijo el tanque-- Los golems suelen estar atados por magia alquímica a su creador. Si encontramos a el artífice antes de que nos invadan, podremos acabar con la amenaza a tiempo.

- Se --y la ametralladora calibre .50 infló el pecho, matando algunos animalitos que vagaban por ahí al exhalar--"


- ¿Comprende usted, Don José?

- La verdad que no, Mr. Shimsley. ¿Cuándo se le reveló esto a usted?

- Hace 3 noches, en un sueño muy vívido en el que yo era un golem gaseoso de Io, escuchando la conversasión. Debo confesar que sentí un odio irrefrenable ante esos seres super-sólidos.

- Comprendo, pero vea usted: aunque yo tenga un doctorado en psicología, en estos tiempos está de moda Eros y Tánatos, así que le sugeriría deje pasar esto como un sueño más, si no quiere terminar más acomplejado por una interpretación llena de gaseo-filia y gunfucking.

Y Don José y Mr. Shimsley se dedicaron de nuevo a recabar (hoja arrancada)