Memética
Dejar un comentario Posted by Mr. J en agosto 16, 2009 Edit
En su libro “El gen egoísta” de 1976, Richard Dawkins acuña el término “meme” para referirse a una unidad de información análoga al gen, capaz de reproducirse, mutar y estar sujeta a una supervivencia diferencial. Las entidades entonces conocidas como memes se habrían comenzado a desarrollar cuando la capacidad imitativa humana hubiese alcanzado algún umbral en el pasado que les permitiesen independizarse de sus soportes biológicos en el sentido de no deber replicar el soporte [Revisar].
Podemos aclarar esto suponiendo como soporte a las estructuras neuronales y a los memes como los patrones en ellas presentes. Estos patrones serían capaces de autoreplicarse, generando nuevos soportes en relaciones de intercambio de energía, ¿materia? e información con el medio.
Los memes se propagan horizontalmente, a diferencia de los genes, que tienen una propagación vertical.
En este documental de National Geographic se realiza un estudio comparativo de las capacidades de aprendizaje de chimpancés y niños. Los ninños muestran una capacidad superior para imitar [Desarrollar].
Test compares the way humans and chimps learn
[Crítica de interés]
Lack of philosophical appeal
In his chapter titled “Truth” published in the Encyclopedia of Phenomenology, Dieter Lohmar questions the memecists’ reduction of the highly complex body of ideas (such as religion, politics, war, justice, and science itself) to a putatively one-dimensional series of memes. He sees memes as an abstraction and such a reduction as failing to produce greater understanding of those ideas. The highly interconnected, multi-layering of ideas resists memetic simplification to an atomic or molecular form; as does the fact that each of our lives remains fully enmeshed and involved in such “memes”. Lohmar argues that one cannot view memes through a microscope in the way one can detect genes. The leveling-off of all such interesting “memes” down to some neutralized molecular “substance” such as “meme-substance” introduces a bias toward scientism and abandons the very essence of what makes ideas interesting, richly available, and worth studying.