domingo, 9 de agosto de 2009

Mi demonio me hace soñar
como a ningún otro mortal.

Y de los techos de Babilonia
los pasajes
de la bóveda
Géminis y Capricornio
tendidos en la arena
al puñal mi pecho
y el escarlata
a lo oculto mi pulso. Mis ojos al firmamento.

Cruza el Ensueño,
humo y rebelión.
Cruza la noche
vasta y añil.
Tu mano completa
de la constelación la brecha
tiende la hebra
circonada y eterna.

Celosía, Samael. Parir al Umbral, y estar pronto a caer.
Pasan las lunas. La carne pasa.

Tu anhelo jamás pasará.