La explanda de mi cama:
vi un atolón.
Un abismo aereo,
gélido. Y Orión
fueron tus pupilas
mi mano surcándolo,
precipitándose soñando
el Olimpo tu mentón,
tu rostro, piel y amor.
Remontó a tus pupilas
espacio abrumador
entre estrellas y estridencias
en un beso se posó
como alondra en una flor.
Todo mi cuerpo todo
Mi espíritu todo
Todo a vos,
mi sol.
Gracias Jim. También me acompañaste.
domingo, 15 de marzo de 2009