jueves, 29 de noviembre de 2007

Por más que trató, no se le reveló el porqué de ese cambio abrupto. Rogó, pidió a las Fuerzas, a Destino, pero no hubo respuesta alguna. Cielo había brotado en rubí como la carne a Fuego, y rejurgitaba brasas heladas desde los cumulonimbus más elevados y extraterrenos, que en el reflejo que Mar elevaba a esa hora de Crepúsculo, parecían agitarse con sorna, burlandose de nuestra incompresión de lo que sucedía tras sus murallas vaporeas.
Tha'nàbab llamó a abrazar a Calma; nadie estaba afecto, sin embargo. Nada nos decía que estuviésemos en Peligro pronto, pero Peligro solía ser deshabituado fácilmente. Uzur'sagat seguía sobre la punta de sus pies rogando por Explicación, esa forma de Anhelo devoradora que las Fuerzas impusieron sobre los Vectores a través de Castigo por nuestra insolente negación a madurar. Ahora, Maduración era nuestra verduga hasta el fin de Tiempo.
Abrumado busqué a Búsqueda en mis pensamientos: sabía que ella siempre encontraba a Respuesta, aunque quisiese encontrar otra cosa. Respuesta era muy amiga de Castigo, y realmente nadie atinaba a decir que lazos secretos se tendían entre ellos, pero seguro podría presentar a Calma al sacerdote Uzur'sagat.

"Búsqueda"
"Niño tonto, ¿no sabes que buscarme es encontrar a Peligro?. Si no ando con cuidado, puedo morderme la cola"
"Lo siento"
"Sé que sí. ¿Qué buscabas?"
"A Respuesta, para el sacerdote"
"Ah... Respuesta" --se oyó un resoplido--
"Si, acá es. Siempre es cuando termino"
""
"¿Sí qué?"
"Sí. Esa es la respuesta que querías"
"Hum... no pregunté nada"
"¿No preguntaste por Respuesta?"
"Si"
"Exacto"

Las Fuerzas habían sido siempre innentendibles, hasta el punto de estar en continuo contacto (misterioso contacto) con los Vectores, cosa que nunca se entendió muy bien para qué.

"Quería que te le presentases al sacerdote Uzur'sagat"
"Bueno"

Un rayo de luz cayó frente a Uzur'sagat, y Sombra, que se proyectó tras él, lo atrapó.
Trabajé un minuto en mi cabeza la geometría casuística improbable que nos enseñaban a todos desde pequeños, y caminé tres pasos a la derecha y ciento catorce a hacia arriba. Extendí el brazo, y en otro rayo de luz bajó el sacerdote.

"¿Se encuentra Bien con usted?"
"Más que Bien: también traigo a Respuesta"

Y en un discurso que quedará en Memoria para todos nosotros y Tiempo, el representante de Apariencia en el mundo repartió el pan que había traido consigo a la multitud con Calma. Los estomagos se llenaron, y Cielo volvió a encontrarse con Normalidad, porque lo normal es que Apariencia reine sobres este mundo y otros, pero a veces Fuerzas como Tiempo y Cielo se ponen de acuerdo, quizá porque uno, digamos: Tiempo, tiene una rabieta con Memoria, y realmente... se les hacen las cosas a lo Difícil a Apariencia, que pronto dispenza Saciedad a todo Vector, que no es más que Respuesta y Castigo bajo su amparo materno.