sábado, 2 de mayo de 2009

Me la recontra soba el puto-anhelante-de-pija-y-piña que hoy me hizo enervar.

Y la reconcha de su madre ¿No puede ser que un traguito de buena leche le hiciese cambiar de opinión? Uno trata de hacerlo bien, y de entender. Otro trata de aventajar y salir lo mejor que pueda. A la materia fecal con el resto. Lo mejor de la situación es esto: yo fALTO en agresivo. Soy un quedo continuo de conciliación y grises. Eso me hace pensar y acertar a asegurar con bastante fiabilidad y amabilidad que soy comida fuera de mi mundillo. Siendo menos auto-cortés: me empoman y venden mi culo como quieran si me sacan de casita y los circuitos de paseo habituales (casa de amigos, instituto, centro, etc.) ¿Qué parte falló en mi infancia, que hoy no tengo una cicatriz, un diente menos o una bala alojada en el craneo? Algo anduvo muy mal...

Por otro carril, me atropella y lanza 15 metros en el aire (con pérdida de masa encefálica y todo) una autocrítica certera como Renault 12 a 130 por hora.

Soy una viuda, y cada instante de mi vida es un funeral. Cuando al fin comprendo esto de estar “aquí y ahora”, resulta que “aquí y ahora” es la incesante realización de que todo momento está por morir.

¿Por qué no por nacer?

Eso pregúntenselo a mi psicólogo ficticio de Namekusein. ¿Quién no quiso siempre un terapeuta con más problemas que uno mismo? No existir es un problema ridículo.