Mil lanzas cruzadas
de luz punzan el cielo
oscuro tras el paso del Rey
anhelante de corte y placer.
En el reflejo del estanque
de perlas y corales
se reconoce el Santo Trono
y el mundo todo sucumbe
en la gloria de su encono.
Reconocerse
temblar y trémulo sentir
de tus ojos sobrecogedores
la conciencia y la presencia
y te miran soñadores
sonriendo a la esencia
y tu dichoso porvenir.
lunes, 12 de mayo de 2008